perzebe 15th March 2011

Los recuerdos de la infancia son a veces confusos, otras veces lejanos, pero hay ciertos recuerdos que escapan de su propia definición, por el simple hecho de que nos acompañan todos los días de nuestra vida de forma intensa y clara. Aunque la vida de Josefa Lago Sueiras se fue apagando lentamente como la llama de una vela, algo permanecía y permanece muy vivo tras esos cautivadores ojos, los más abiertos y pequeños que he visto jamás. Puede que sea su alma inmortal, no lo sé. Sólo sé que no puedo recordarla, porque siempre está conmigo. De hecho, todas las noches, "la Abuela Josefa" y yo hacemos un duo para cantar a mis hijas: "Pimpón es un muñeco, de trapo y de cartón, de cartón..." Dicen que la música es el lenguaje del alma. Dicen que los ojos son el espejo del alma. Por eso Josefa nos canta y mira a los ojos mientras su luz y su sonrisa nos acompañan. Te quiero Abuela, Tu nieto, Marcos.